fbpx

Qué puede decir una mujer que trabaje en diseño que no pueda decir cualquier mujer en el mundo

Para nadie es un secreto que Velové es un estudio compuesto en su mayoría por mujeres y es por esto que, en varias ocasiones, nos hemos enfrentado a situaciones en las que el género nos ha puesto en desventaja frente a algunos clientes. Actividades tan simples como enviar un correo o hacer una llamada han llegado a requerir de un intermediario masculino. La razón, aunque nos cueste admitirlo, es: no nos toman en serio.

 

Antes decíamos “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, tratando de dignificar el papel secundario de las mujeres, el estar ocultas, el ir después, el estar “detrás”. Estar detrás es un conjunto de pequeñas actividades operativas, estratégicas y emocionales como responder emails, hacer el café, pagar la nómina, preparar las fiestas de cumpleaños, atender a los clientes. Son labores blandas que se relacionan con el cuidado y por eso, usualmente, le corresponden a las mujeres. Es una acción de extender lo doméstico al ámbito laboral donde, tal como en el hogar, las actividades del cuidado son ignoradas, obviadas y no remuneradas. ¿Qué tanto del éxito de las compañías depende del cuidado de las mujeres?

También hay mujeres en puestos de poder, con altos cargos. Y en el poder está la norma que se manifiesta en comentarios anacrónicos sobre nuestro aspecto, nuestros hijos, las interrupciones, las explicaciones no pedidas, el techo de cristal y la brecha salarial. Según el informe de desarrollo humano 2019 del PNUD tomará 202 años cerrar la brecha de género sólo en las oportunidades económicas, esto quiere decir que ninguna mujer que exista en este momento conocerá un mundo con igualdad de género.

 

The Office

Esto es lo que pensamos las mujeres que trabajamos en Velové:

— MAR

Recuerdo un par de situaciones en donde he tenido que liderar proyectos con equipos de trabajo compuestos por colaboradores hombres y se puede sentir cierto recelo de que una mujer esté a cargo. No precisamente por falta de credibilidad, sino por el ego del que resulta difícil desprenderse. El problema de lidiar con este tipo de casos es que entorpecen nuestra labor como líderes, la alineación del equipo y terminan afectando el flujo de trabajo. 

Por suerte, debo decir que tengo la fortuna de trabajar con colegas que me respaldan. Sabemos que la solución no es cambiar la representación femenina por una masculina sino, por el contrario, mostrar que cada una de las mujeres del equipo está completamente capacitada para liderar un proyecto o para atender cada una de las situaciones que se presenten por más complejas que sean.  Finalmente siento que una de las cosas más gratificantes de ser mujer y diseñadora, es ver como en los últimos años el liderazgo femenino en el medio ha surgido con fuerza y tener la oportunidad de trabajar y compartir con mujeres tan talentosas, inspiradoras y empoderadas de su profesión. 

 

****

— ALEJANDRA R.

En otros trabajos siempre siempre he estado bajo la dirección de jefes o personas (por lo general hombres pero también mujeres) que me sexualizan y minimizan de maneras muy mecánicas, como cuando hablan de tu potencial desde tu posición como mujer y no como ser en general. Aquí en Velové he sentido algo muy particular (positivamente hablando), y es que me tratan como un par, alguien igual de capaz a las que están aquí, sin importar si hay hombres a mi alrededor o mujeres, hay unidad. No piensan como individuales sino como pares que se complementan y crecen juntos, respetan el proceso individual de cada uno, somos equipo y te enseñan a serlo. ¡Me cautiva un montón! sentir que no me sexualizan por ser mujer, que puedo ser tranquilamente, que se puede hablar tranquilamente y que te exigen como un ser potencial, no como mujer que hay que tratarla diferente a un hombre porque “es mujer (?)”. Me gusta la sensibilidad que se tiene por el acoso que vivimos las mujeres, me gusta el respeto que se exige a los clientes por las dos personas que mantenemos acá con Paulo, me tranquiliza la sensibilidad de Paulo ante lo complejo que es ser mujer en este mundo, donde por llevar un vestido a la rodilla un cliente te guiña el ojo o te mira diferente. 

Por supuesto, como en todo, siempre hay clientes (personas) de todo tipo, sin embargo, me tranquiliza ver el respeto que de primera mano que Velové impone ante los clientes para sus funcionarios, sin discriminación de genero. El acoso o falta de respeto no es negociable aquí. Como mujer a la que sexualizan a diario para ir al trabajo, minimizan en ambientes laborales, académicos y demás; como mujer a la que en muchas ocasiones le hablan como si viviera desde una condición de incapacidad, como si ya hubiese hecho mucho siendo “mujer”, en Velové siento que sí soy par, que hay una sensibilidad que les permite salir de su ego y raíces culturales discriminantes hacia la mujer, para apreciar todo de una manera objetiva y con respeto, que realmente me ven como ser, por fin.

*****

— MAYRA

Desde mi cargo, como comercial del estudio, siento que el ser mujer me ha ayudado a cerrar negocios con mujeres emprendedoras, hay un poco más de confianza y empatía, mientras que con los hombres es un poco más difícil, muchas veces no contestan los mensajes o el teléfono y requiero que Paulo intervenga en la situación. Sin embargo y a pesar de ello, me siento respaldada por Paulo y por Vicky, que siempre están buscando que mi labor fluya mejor y no le falte para cumplir con las metas propuestas mes a mes. 

Pienso que estamos en un momento, en el que las mujeres estamos cada día rompiendo la barrera de la desigualdad, es el caso en Velové, en el que la mayoría, por no decir casi todas, somos mujeres, de diferentes áreas multidisciplinarias que le ha aportado desde su experiencia algo al estudio. 

 

****

— ALEJANDRA A.

La otra vez tuve que escribirle a un cliente para cuadrar una actividad. Tenía que mandarle un correo y después escribirle a WhatsApp porque la formalidad, vos sabes, hablarle por todos los medios para que después no diga que no le avisaron. Pues le mandé las cosas por correo y me presenté por WhatsApp sabiendo que me iba a dejar en visto. Obviamente no respondió. Un eco por allá en el fondo dijo “es porque sos mujer”. ¿Y entonces qué hago? ¿Le escribo otra vez o entiendo que no responde porque está ocupado? A los dos días, en la reunión le hizo preguntas a Paulo sobre el correo y le dio el feedback. Cuando me pongo pesimista veo solo dos opciones, las dos te ponen en lugares horribles: o seguís insistiendo y te volvés la intensa: ese es el lugar más marginal, porque ¿quién quiere ser la intensa en el estudio chévere? Yo no; o mantenés la “buena vibra” y esperas que la voz del fondo no se haga más fuerte. 

 

****

Nuestras experiencias no son exclusivas del diseño: desde el campo de la ciencia, el cine y la política las mujeres se debaten entre hacer su trabajo y expresar su desagrado sin parecer desagradables, pedir resultados sin parecer demandantes, desafiar sin parecer dominantes, alzar su voz sin parecer gritonas. La necesidad de mantener a las mujeres en lugares que no incomoden se soporta en estudios que señalan la masculinidad como un estatus social precario, que es muy difícil de ganar pero muy fácil de perder, que produce ansiedad porque debe ser constantemente demostrado y, por eso, una mujer con iguales o mayores capacidades que un hombre es vista como una amenaza. ¿Es posible pensar, entonces, que no se trata de ser mujeres más asertivas sino de cambiar el exceso de confianza que produce la masculinidad frágil?

En su discurso de aceptación la actriz Michelle Williams dijo a las mujeres: “Voten de acuerdo a sus intereses, es lo que los hombres han hecho por años y es por eso que el mundo se parece tanto a ellos. Hagamos que se parezca más a nosotras”.

×